lunes, 14 de septiembre de 2009

Meditación para conectar con el Yo Superior

 
 

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via Abriendo Conciencia by Soleika Llop on 9/14/09

Han sido numerosas las personas que han hecho la meditación del 9.9.9. y que han obtenido resultados muy hermosos, esto me está motivando para colgar más meditaciones en el blog. Esta vez propongo una para conectar con el Yo Superior, existen muy variadas formas de hacerlo, haré varias propuestas desde este blog, que cada uno elija la que más le convenga, es cuestión de ir probando. Lo ideal es hacer esta meditación a primera hora de la mañana, antes de levantarnos.

He podido verificar que el contacto diario con nuestra esencia produce unos efectos extraordinarios: nos carga las pilas, nos sube las endorfinas y produce un efecto anti-envejecimiento (meditar en general produce este efecto), nos aporta valiosísimas sugerencias para enfrentarnos a nuestra realidad cotidiana, nos llena de luz, de claridad mental. Y no diré más, no tiene por qué creerme, se trata de experimentar...

La fase de relajación –inducción y sinergia grupal (si se hace en grupo) siempre es la misma. No es que sea la panacea universal pero hasta ahora ha funcionado muy bien y mientras no se me ocurra algo mejor, seguiré utilizando esta técnica. Utilizar la imagen del Mont Saint Michel es importante porque en este enclave etérico se ha creado un poderoso egregor (masa energética) grupal de sanación, alimentado por todas las personas que se sirven de esta misma técnica, que son muy numerosas.

Relajación

Realiza tres respiraciones lentas y profundas, entrando el aire por la nariz y exhalando por la boca, llenando primero de aire tu abdomen y luego el tórax.

Con una última respiración profunda, le das la orden a tu mente de rebajar la actividad eléctrica de sus ondas a 4 ciclos por segundo, de esta forma entrarás en un estado de profunda relajación.

Imagina que por encima de tu chakra 7, en la parte superior de tu cabeza, se está formando una espiral de luz azul índigo. Ahora observas que por encima de tu cabeza, se abre este chakra 7, tiene la forma de un gran embudo por el que penetra la luz azul de la espiral.

Ese rayo azul inunda todo tu cuerpo armonizándolo, relajándolo completamente, aliviando todos tus centros energéticos.

Imaginas que ese rayo azul envuelve todo tu cuerpo como si estuvieras en una burbuja de ese color.
Esa luz azul va eliminando cualquier tensión y regenerando cada tejido, cada célula, cada órgano.

Inducción

En ese estado de profunda relajación en el que te encuentras, imaginas que te trasladas al Monte Saint Michel, te encuentras al pie de este Monte, imaginas que está yermo, es todo hierba, sin construcciones, salvo un templo en la cima, dedicado al Arcángel Miguel.

Imaginas que empiezas a escalar el Monte, lentamente y a cada paso que das, te vas desprendiendo poco a poco de todas tus vestiduras, joyas, calzado, todo lo que llevas encima. Te desprendes asimismo de una capa de energía gris compuesta de tensiones y preocupaciones de la vida diaria.

Vas ascendiendo, subiendo, subiendo, tu cuerpo se queda completamente desnudo y cubres tu desnudez con un precioso manto blanco, tejido con hilos de luz. Alcanzas la cima del Monte, las puertas del templo se abren ante ti y te invitan a penetrar en él. Entras y te sitúas en una sala redonda con muchas ventanas por las que penetra el Sol a raudales. Las paredes y techos están cubiertos de amatistas incrustadas que despiden poderosos haces de luz de color violeta que penetran por tu cabeza, recorren todo tu cuerpo, impregnándolo de energía violeta transmutadora

Invocas la presencia de unos maestros que te van a ayudar en esta meditación: a Jesús el Cristo, a la Madre María, al Arcángel Miguel, al Arcángel Metatrón, a Omraam Mikhael Aivanhov, a Saint Germain, a Akenatón, a Nefertiti y a los 72 ángeles de la Cábala.

Le das la orden mental a tu cerebro de que rebaje la actividad eléctrica de sus ondas a 4 ciclos por segundo, de esta forma te mantienes consciente pero en un estado de mayor relajación

Ahora imaginas que nuestra mente es un animal, el primero que venga, sin pensar. Imaginas que dicho animal está a tu lado y le pides que se duerma profundamente durante toda la meditación. Imaginas ahora que está totalmente dormido, es como un peluche, no se mueve

Imaginas que en la sala del Mont Saint Michel en la que te encuentras hay una gran pantalla, en ella sale una imagen de la Luna, enfocas tu atención en su cara oculta, imaginas que desde tu ombligo sale un cordón de luz dorada que llega hasta la cara oculta de la Luna. Te sitúas mentalmente en la Luna e invocas la presencia de la Gran Dama blanca lunar, que se encarga de custodiar todos los archivos kármicos. Le pides que borre todos estos registros de manera que tu expediente quede totalmente limpio.

Ahora pides a los guías que te hagan llegar por vía telepática tu nombre sagrado y tu mantra (o palabra) secreto de sanación. Pueden ser nombres corrientes o nombres muy raros que nunca hayas oído, simplemente acepta lo primero que te venga.

Meditación

Imaginas que en el fondo de la sala del Mont Saint Michel en la que te encuentras hay una escalera de 9 peldaños. Los subes uno a uno contándolos, del 1 al 9. Al llegar al noveno escalón, te encuentras en una ciudad de luz que tiene 12 puertas, custodiadas por 12 ángeles. Pides permiso para entrar por una de ellas, la número 9.

Entras y ves un camino muy luminoso que se despliega delante de ti. Al final del camino, a lo lejos, ves un imponente palacio de cristal. Te diriges hacia él. Llegas, entras en el palacio, verás que tiene múltiples puertas. En una de ellas pone "Reconexión con el Yo Divino". Entras en la sala. Está totalmente tapizada de grandes esmeraldas verdes. Hay una neblina en el ambiente, como si estuvieras flotando entre nubes de algodón.

Invocas la presencia de tu Yo Superior, repites en voz alta 9 veces tu nombre sagrado y tu mantra de sanación. En cuanto tu Yo Divino aparece ante ti, le das un gran abrazo, sentirás seguramente una profunda emoción porque a lo mejor él llevaba siglos esperando este encuentro. Estableces con él un diálogo, le cuentas tus secretos más íntimos y esperas sus respuestas. Las apuntas. Luego le preguntas qué espera él de ti. Apuntas todo lo que te dice para que no se te olvide.

Le das las gracias y te despides de él diciéndole que volverás muy pronto. Das las gracias a los maestros que te han asistido, cierras tus chakras y bajas del Mont St. Michel, recuperando tu ropa.

Comentarios sobre la meditación


Establecer este contacto con el Yo Divino es aconsejable a cada vez que tengamos que tomar una decisión importante porque él es el Director, la máxima autoridad de nuestra entidad humana. También conviene recurrir a él cuando nos sentimos solos, incomprendidos, desanimados, cansados o decepcionados. O simplemente, cuando nos apetece vivir una experiencia cumbre y alejarnos un poco de nuestras rutinas cotidianas.

Las primeras veces, sobre todo si uno no está acostumbrado a meditar, puede costar un poco establecer el contacto. De la misma forma que en nuestro primer día de gimnasio a lo mejor no somos capaces de levantar una pesa. Pero si entrenamos, sin desanimarnos, lo acabaremos logrando.

Las primeras veces serán necesarios una serie de ejercicios y de calentamientos, levantar pesos muy ligeros, para luego ir aumentando. Pero llegará un momento en que podremos levantar la pesa sin preámbulo alguno. Con la meditación pasa lo mismo, al principio es aconsejable seguir todos los pasos indicados en la relajación y en la inducción pero con la práctica, seremos capaces de conectarnos de forma instantánea, aunque estemos en la cola de la panadería. La intuición es como un músculo, requiere un entrenamiento.

Como hemos visto al principio, existen muchas técnicas válidas para meditar pero ésta ha dado sus resultados en cientos de ocasiones, por tanto es la que utilizo. Les deseo una feliz experiencia. Pueden comentarme los resultados a través del blog, pero de forma resumida.

Soleika Llop

http://abriendoconciencia.blogspot.com/

 
 

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